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Si quieres convertir tu casa en un hogar inteligente o smart home, te interesa leer este post donde te pongo al día de las innovaciones que nos hacen la vida más fácil y cómoda en nuestra casa, aunque, a decir verdad, no todo son ventajas.
Los actuales sistemas de automatización del hogar (domótica) son accesibles de forma remota y muy fáciles de integrar y programar, nos permiten tener un control total sobre el entorno doméstico y además nos ahorran tiempo y dinero.
Índice de contenidos
Una smart home es una casa con varios sistemas de automatización integrados que ofrece grandes posibilidades gracias a la conexión a internet.
Transformar nuestro hogar en una casa inteligente es una excelente decisión si queremos aumentar nuestra comodidad y calidad de vida, tan sólo necesitamos una potente conexión wifi que llegue a cualquier dispositivo de la casa.
Actualmente ya es posible poner en marcha la calefacción, el aire acondicionado, los electrodomésticos, controlar alarmas y cámaras de seguridad a distancia fácilmente desde un dispositivo móvil conectado a internet.
Existen en el mercado numerosas apps que nos permiten interactuar con nuestra vivienda a distancia y cada vez son más los aparatos inteligentes que se adaptan a nuestras necesidades automáticamente.
Gracias al Internet of Things (IoT) y a los sistemas domóticos, las personas que viven en un hogar inteligente tienen garantizado el control de múltiples sistemas y dispositivos en el hogar.
El hogar conectado presenta numerosas ventajas, simplifica la vida de las personas y además aporta una serie de importantes beneficios: ahorro energético, seguridad y comodidad.
Las instalaciones domóticas optimizan la economía doméstica mediante el control de la energía que consumimos en la climatización, iluminación y los dispositivos electrónicos y electrodomésticos que tenemos comúnmente en nuestras viviendas.
La calefacción es el mayor gasto energético que se produce en nuestro hogar, supone casi el 60% del consumo de energía de una vivienda española media.
Actualmente existen apps que permiten encender la calefacción directamente con nuestro teléfono, facilitando un consumo más óptimo y eficiente.
Además, la climatización de la vivienda se puede adaptar a nuestras preferencias pudiendo automatizar cortinas y persianas en función de la temperatura interior y exterior.
También, la puesta en marcha de electrodomésticos como el lavavajillas, la lavadora o la secadora se puede realizar automáticamente en las franjas horarias del día que nos resulte más económico.
Un hogar inteligente puede detectar que la casa esté vacía, en ese caso se puede evitar el despilfarro de energía apagando luces encendidas, la calefacción o el aire acondicionado.
Un sistema de seguridad inteligente puede vigilar nuestro hogar constantemente detectado posibles peligros, como la existencia de un incendio o la presencia de un intruso dentro de nuestra casa.
En estos casos, el sistema domótico rocía el elemento de extinción o activa la alarma conectada a una central, además recibimos una notificación automática de estas acciones para saber qué sucede en la vivienda en todo momento.
La apertura de las puertas en el hogar inteligente puede hacerse mediante sistemas de control de acceso con un lector biométrico de retina o de huellas dactilares.
Esta tecnología ya es habitual en espacios empresariales, militares, o médicos, donde el acceso está restringido por cuestiones de máxima seguridad.
En un futuro próximo será normal que estas medidas de seguridad estén integradas en las casas inteligentes incrementando la seguridad de los residentes frente a intentos de robo o daños a la propiedad.
Actualmente es frecuente que viviendas de alto standing cuenten de origen con alarmas de seguridad y videovigilancia por circuito cerrado de televisión (CCTV) o mediante cámaras IP.
El control del sistema de alarma y la visualización de las cámaras de seguridad en nuestra tablet o móvil es de lo más común hoy en día para automatizar la protección de nuestra casa, sin duda, esto mejora bastante nuestra seguridad.
Una casa inteligente incrementa la comodidad y el bienestar de las personas que viven en ella mejorando la vida cotidiana en el hogar.
Las tareas domésticas repetitivas se pueden realizar sin nuestra presencia física simplemente configurando algunos parámetros de nuestra casa inteligente.
Por ejemplo, abrir o cerrar el aspersor de riego, mantener el suelo limpio, lavar la ropa o la vajilla, tener la iluminación adecuada o mantener la temperatura idónea, ya no requieren nuestra atención gracias a los sistemas inteligentes.
Las personas ganan en tiempo libre evitando las tareas domésticas y las preocupaciones por el mantenimiento del hogar, facilitando una mayor igualdad en el reparto de las tareas domésticas en la familia.
La tendencia para los próximos años es que estos cambios que proporcionan las casas inteligentes serán disfrutados cada vez en más hogares gracias a que la tecnología domótica es cada día más asequible.
Como ya hemos visto una casa inteligente nos aporta una serie de beneficios importantes, sin embargo, hay una cierta vulnerabilidad cibernética de los dispositivos que integran la smart home al estar conectados a internet.
Los fabricantes no dan prioridad a los requisitos de seguridad necesarios, cada uno cuenta con protocolos y arquitecturas diferentes, por lo que los ciberdelincuentes pueden aprovechar estas vulnerabilidades para cometer acciones fraudulentas.
Por esta razón es muy recomendable utilizar siempre contraseñas complejas y modificarlas regularmente.
Además, hay que evitar compartir los números de serie, direcciones IP y otra información confidencial de los dispositivos inteligentes que integran una casa inteligente.
Por otro lado, los electrodomésticos conectados pueden ser la vía de entrada para acceder a otros dispositivos más interesantes para los hackers como nuestro móvil u ordenador personal, donde pueden encontrar información sensible.
Para evitar riesgos conviene adoptar medidas preventivas como no dejar nunca el wifi abierto, cambiar las contraseñas periódicamente y no consultar datos sensibles con el móvil al que están vinculados los electrodomésticos de la casa a través de redes de wifi públicas.
Antes de transformar nuestro hogar en una casa inteligente, lo primero que se debe conocer es el consumo que existe en la vivienda, así como las rutinas de las personas que habitan en ella, al objeto de conocer exactamente que sistemas inteligentes conviene incorporar.
Existe una idea equivocada y generalizada de que para tener una casa inteligente es necesario realizar una importante inversión, cuando lo cierto es que existen en el mercado equipos básicos de domótica que proporcionan una solución completa para la vivienda.
Otra ventaja adicional es que la instalación de sistemas domóticos inalámbricos es sencilla evitando tener que hacer reformas.
Además, la integración de estos sistemas inteligentes en nuestra vivienda supone una ventaja en caso de que se decida vender la casa en el futuro.
También hay que tener en cuenta que todas las innovaciones tecnológicas que se integren en el hogar constituyen un sistema de ahorro que en unos años permiten ir amortizando la inversión.
En definitiva, una casa inteligente nos hace la vida más fácil y cómoda, en un futuro no muy lejano podremos controlar todo lo que sucede en nuestra casa las 24 horas del día, estemos donde estemos, con tan sólo un smartphone.
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